martes, 15 de abril de 2008

Los turbo imponen su ley (1983)

En 1982 el título de pilotos se lo lleva Keke Rosberg con un motor atmosférico y el de constructores, Ferrari usando motores turbo como símbolo de la igualdad hasta aquel año.

Sin embargo, a partir de 1983 los motores sobrealimentados comienzan una escalada de potencia y dominan en todos los terrenos exceptuando los circuitos urbanos, donde los atmosféricos siguen acampando a sus anchas debido a su menor peso y mayor elasticidad.

Desde el punto de vista técnico, destacar la prohibición del efecto suelo y la tímida aparición de la informática en el Circo para controlar el consumo de combustible. Un invento más que terminaría llegando a los coches de serie varios años después.


2 comentarios:

Javi dijo...

Muy bueno. En una de las imágenes tomada desde lejos se aprecia perfectamente la diferencia entre los turbo y los atmosféricos.

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, bueno el vídeo.
A más de uno me gustaría ver con estos coches...
Toca preguntarse ahora eso de "...¿cualquier tiempo pasado fue mejor?.
Un abrazo,
Mon

P.D. Ya queda menos para el domingo.