martes, 20 de mayo de 2008

El principio del fin (1987)

La Historia está llena de paradojas y la Fórmula 1 no es una excepción. Nigel Mansell demostró durante todo este Mundial ser más rápido que Nelson Piquet y aun así, éste se proclamó campeón a falta de una carrera gracias a su mayor regularidad.

Resultó una temporada interesante desde el punto de vista tecnológico. Se introducen las válvulas pop-off de la FIA para limitar la presión de los motores turbo a cuatro bares, consecuencia del accidente mortal de Elio de Angelis en el año anterior. Por otro, es el año en el que se estrenan las suspensiones activas en Fórmula 1 de la mano de Lotus primero, y de Williams a partir del G.P. de Italia. Sin embargo, esta solución se abandonaría al año siguiente debido a la reducción en caballos que imponía la nueva reglamentación, ya que sus prestaciones no compensaban la merma en potencia que suponía.

Como curiosidad, Mansell también perdió un GP que tenía ganado en Hungría debido a una tuerca mal apretada. ¿Os suena?

No hay comentarios: